Hora 8.00
Suena el teléfono. ¿Quién es el anormal que llama de madrugada?
Hora 8.15
Era el Flaco. Me dijo que quería hablar conmigo. Le dije: “Ya estamos hablando”. Me dijo “Buenos días a todos y a todas”. Le dije que mi mujer estaba durmiendo, que tenía que hablar solo conmigo. Me dijo que quería verme. ¡Son las ocho de la mañana! Si piensa conseguir votos llamando a la gente a esta hora, está jodido. Este se olvida que soy portero. Los porteros madrugamos… pero solo en los días libres. No entiendo para que me quiere ¿Me habré olvidado de pagar la patente?
Hora 9.00
Llegué al quinto piso y como me pareció una falta de respeto preguntar por el Flaco, le dije al portero:
–¿Está Don Oscar?
–Acá no conozco ningún Donoscar- me contestó el gordo de corbata finita. Me lo dijo así, todo junto: “Donoscar”,
–Y … ¿De los Santos?–le pregunté
–¡Ah! ¡¿El Flaco?! Ya le aviso.
Y le avisó. Y me hizo pasar. Y me invitó a sentarme en su despacho. Y ahí me empecé a preocupar. ¿Precisará el celular de Giacheto? ¿Querrá consultarme sobre la caída de pelo? ¿Querrá mandar algún crucero a Florida cuando se le aparecen de a cuatro en la bahía? Me miró fijo a los ojos, tragó saliva, se refregó suavemente las manos, se sonó los dedos y me dijo:
–Hola a todos y a todas.
–Estoy solo, no insistas- le contesté. No precisa que digas todo eso. ¿Que querías Oscár? (en verano siempre digo Oscár, en invierno vuelvo al Oscar).
–A ver…- me dijo mirándome con dulzura a los ojos. ¿Vos tenés sueños, Marciano?
–Uno.
–¿Un sólo sueño? ¿Cuál es?
–No, no me entendés. Tengo UN sueño. Sueño. Tengo un sueño bárbaro, son las 9 de la mañana. ¿Qué querías?
–Negro, te preciso como mi suplente para las elecciones.
Cuando abrí los ojos el gordo de corbata finita me hacía aire con una balconera de Alcorta.
–¿Llamo a un médico Don Flaco?
–Darío es médico- le dije balbuceando sin abrir los ojos.
–Darío está en San Carlos- contestó el Flaco y me cacheteó para que volviera en sí…en mí.
–¡Taaa! No voy con Darío, tranquilízate, no me pegues más.
Hora 13.00
Apenas volví le conté a la santa de mi mujer lo que me había pasado.
–De suplente de él, vieja.
Hora 13.01
Mi mujer se paró, abrió la heladera, sacó la caja de vino de la puerta y la vació en la pileta. Se sentó otra vez, se limpió las manos en el delantal, apoyó el mate en la mesa y me dijo:
–O cambiás de marca de vino o me voy de casa.
–¡No vieja! ¡Es cierto! Me ofreció eso.
–¿Vos sos loco? ¡¡¿Te ofreció de intendente?!!!
–De suplente.
–¿Y podés entrar?
–Como en el futbol: si se lesiona o lo echan, sí.
–Pero… entonces él sabe algo que nosotros no sabemos.
–¡Claro! ¡Eso pensé! Él tiene alguna información que nosotros no manejamos. Él sabe algo de mí que yo no sé.
–¿Y qué le dijiste?
–Que me diera un tiempito para pensarlo.
–¿Cuánto?
–Lo que demoré en arreglarme la garganta para volver a hablar. Y le dije que sí. Así que soy suplente del Flaco ¿Qué me decís?
–Que Maldonado se fue al carajo- dijo mi mujer y se cebó otro mate dulce.
Jueves 4 de abril-
Hora 10.00
–Hoy me levanté más temprano que nunca porque esta noche es el acto de lanzamiento. ¡Cómo me gustaría que me dejaran hacer un discurso! Me gustaría empezar diferente a todos. Decir “Los que me conocen saben bien que…”. Siempre soñé con subirme al tablado.
–Estrado, viejo. Se llama estrado.
–Fijate que incluso tengo pensado mi eslogan.
–¿Tu eslogan?
-Sí. Va a decir: “El Flaco sigue, Marciano queda. Hagamos las cosas bastante bien”. Tendrías que ir con algún cartel, vieja. Y organizar a la familia para que griten “Se siente, se siente, Marciano es el suplente”
Hora 11.00
—Me llamó el Flaco para preguntarme qué me parecía el clima para esta noche. Le dije que esta noche va a llover muchísimo, va a caer granizo y soplarán vientos de 120 kilómetros por hora. Le dije que hay que cambiar el acto a algún lugar cerrado. Que nunca le erro.
–¿Lugar cerrado? ¿Qué se te ocurre?- me consultó el Flaco.
–Los Coronillas lo tiene Antía desde el 45, el Jean Clevers lo pidió Cassareto, el Conrad está muy quemado, el Centro del Espectáculo está bastante caído… hacelo en la Cancha de Futbol 5 de San Fernando. Yo nunca le erro.
Y arranqué como asesor del Flaco.
Hora 15.00
Escuché al Flaco en la radio. El Hugo y Peñita le preguntaron por la fórmula. Dijo que la eligió por una cuestión de género–¿Será modista la Presidenta de la Junta?
–Cuestión de género es por el sexo—dijo mi mujer pegándole una calcomanía del Flaco al termo que compramos en el Chuy.
–¿De sexo? ¿No me digas que hay que hacer una declaración jurada de algo, no?
–No, es por la fórmula. Por el sexo de los cuatro.
–Dijo que eligió así porque la fórmula es mitad varón y mitad mujer. Y llamé de apuro a la radio para aclarar.
–¿Para aclarar qué?
–Que yo soy todo varón. Y Meilán también. Que las mujeres son Susana y Silvia. Que yo no tengo nada para sacar del placard.
–¿Sos tarado? ¡Lo que dice es que la mitad de la fórmula es mujer!
–¿Sabés una cosa vieja? A mí me parece que me eligió para disimular que cada vez tiene menos pelo. El ha de creer que cuando lo ven al lado mío, la gente piensa: ¡Que peludo que está el Flaco! ¡Cómo le creció el cerquillo! Mirá al morocho que está al lado, está más pelado que un huevo, sin embargo el Flaco, fijate… 22 pelos.
Hora 19.00
No llueve ni lloviendo. No se mueve ni una hoja de palmera. Estoy quedando regalado con el Flaco. El granizo no pinta ni en el congelador. Ta claro que en meteorología no agarro un puestito ni de jardinero. Ojalá no me llame el Flaco.
Hora 19.05
Teléfono.
Es el Flaco preguntándome si es seguro lo de la lluvia en Maldonado.
–¿Maldonado? Ah, yo te entendí Florida, entendí Flo…. no…si…claro….no, lo que pas…. se….. ta… ta…. pensé que hablabas de…no…sí… ta…ta…que te rec…sé…
Hora 20.30
Un calor de aquellos. Agüero no para de decir: una noche ideal para espectáculos al aire libre. Una noche como para salir en traje baño. ¿Quién fue el estúpido que dijo de cambiar el acto para acá?- preguntaba la gente.
–Los fenómenos de Montevideo- contestaba yo para salir del paso. Es el centralismo de siempre. El Broveto ese. ¡En Montevideo se creen que se las saben todas! –Y me paré cerquita del escenario porque me iban a llamar para que subiera al tab…al estrado.
Hora 20.40
Carlitos Peláez empezó a anunciar:
–¡Está entre nosotros Darío Pérez!- y la gente aplaudió.
–¡Nos acompaña también Enrique Pérez Morad!- y la gente aplaudió.
–¡Vamos a llamar para que suba el diputado por Maldonado Pablo Pérez!- y la gente aplaudió.
–¡Y ahora la fórmula completa! ¡Primera suplente: Silvia Pérez!
–¡Otra vez la Perestroika!- ¡Te lo dije vieja! ¡Si no sos Pérez en este lugar estás jodido!
Y después me llamaron a mí.
¡Qué emoción!
Estaban mis padres, mi mujer, mis hijos, mis nietos, mis herm…. estaba lleno.
A veces creo que el Flaco me llamó por eso.
Habrá pensado: si traigo al negro, la familia me llena los actos.
Cuando fui a subir al estrado era un simple y común militante de base.
Allí abajo, al lado de mi familia y de mis amigos.
Tan pequeñito.
Tan base.
Empecé a subir por la escalerita.
Cuando iba por el segundo escalón los aplausos no me dejaban escuchar bien al público.
Al tercer escalón los flashes me empezaron a encandilar.
Por suerte ahora escuchaba bien a los que estaban parados arriba.
Cuando faltaban dos escalones para llegar al estrado casi que no conseguía escuchar a la gente y apenas si podía distinguir a mis amigos allá abajo.
Busqué a mi mujer a lo lejos, allá, entre el gentío… pero no conseguí diferenciarla del resto de las mujeres.
Sin embargo, ahí arriba, me pareció que algo comenzaba a cambiar en mi vida.
Allí estaba yo.
Tan dirigente.
-¡Negro, acáááá! ¡Acá Negrooo! –me gritaron de abajo. ¿Negro? ¿Estarán llamando a Alcorta para que suba? A mí no me van a gritar “negro” ahora que voy a ser intendente.
Domingo 2 de Mayo
Y llegó el día del acto conjunto.
Con los otros tres compañeros.
La plaza de Maldonado estaba llena.
Yo ya empezaba a verme con ropa de intendente.
De golpe, Silvia, la primera suplente comenzaba a caerme mal.
Es decir, es una gran compañera, pero está ahí adelante, metida justo entre y el sillón y yo.
–Entre el sillón y vos hay dos personas—me dijo una de mis hijas.
–Sí, le contesté, pero no pensarás que puedo eliminar a dos y que siga pareciendo un accidente.
El locutor volvió a decir mi nombre y volví a subir.
Ahora ya caminaba como caminan los senadores: sacando cola y pecho a la vez (es complicado pero se puede)
Iba besando cuanto cachete se me atravesaba.
En el último mes le he dado más besos a Bayeto y al Goyo que a mi mujer y a mis hijos en cinco años.
Hay una cosa que aprendí enseguida: para ser político tenés que tener el cachete y el beso fácil.
Tenés que repartir besos a diestra y siniestra.
No hay que hacerle asco a los bigotes y a las barbas que te pinchan… y mucho menos a los nenes con mocos y babas.
Es más… en una reunión si tenés dudas si ya besaste a la gordita de rosado…besala otra vez. Más vale beso repetido que cachete defraudado.
Y beso va, beso viene llegue al estrado.
Pensé que empezaba hablando yo.
Llamaron a Alcorta para que empezara él.
Ha de ser por orden alfabético.
Alcorta está antes que Durán.
Ojalá no me bese el negro cuando termine el discurso. No pongo que tiene bigote de puerco espín porque capaz que lee la crónica.
Pensando en mi discurso casi que no escuché lo que decía.
Cuando quise acordar… se terminó.
Y eso que no fue cortito.
Ahora vengo yo.
De los Santos está antes que Durán.
Habló el Flaco.
Pensando en mi discurso no lo pude escuchar bien.
Yo había puesto en una bolsa una cantidad de palabras para sacarlas de a una y armar mi discurso.
Lo probé en casa con mi mujer y dio resultado.
Articular- asimetría – atacar- – cambio – ciudadana- colectiva- construir- continuidad – descentralización eficiente- elementos – estrategia – gestión – herramienta – incorporar – marco – memoria -modelo – participación – política – proactivamente – productividad – profundizar- proyecto – sociales –
Las entreveré y me gustó como quedó:
“Debemos articular proactivamente la continuidad del proyecto y construir memoria colectiva y ciudadanía (levantar las dos manos y saludar). Tenemos que profundizar el modelo de cambio (cerrar los ojos con ternura, buscar a una anciana entre el público fruncirle la nariz y repetir) tenemos que profundizar el modelo de cambio como herramienta política de gestión eficiente para articular políticas que ataquen las asimetrías (respirar para no morir asfixiado) que ataquen las asimetrías sociales en que podamos incorporar los elementos de productividad en el marco de una estrategia de más descentralización y de más participación ciudadana. (Sonreír, agarrar el micrófono con las dos manos, largarlo, levantar una mano haciendo la “ve” como Bonilla y despedirme hasta la victoria)“
El locutor me miró como para llamarme.
Cuando me fui a parar anunciaron a Darío (está antes que Durán) y se mandó un discurso en el que terminaron abrazados los tres candidatos.
Apenas terminó y con la música de fondo de “Dale alegría a mi corazón” me arrimé hasta el locutor.
–¿Sale una alegría, amistá?—le pregunté.
–No te entiendo- me dijo el Victor Hugo.
–Si voy yo—le pregunté mientras me metían un banderazo en el ojo y un rodillazo en la espalda.
–Hablás en el próximo acto –me dijo y guardé el discurso dobladito en cuatro en el bolsillo.
Me acordé de cuando jugaba en Baby Futbol “Tienen que jugar todos los compañeritos, sentate allá que nosotros después te llamamos. Andá Marcianito, andá.”
Y bajé del tablado más confundido que porteño en rotonda.
Así que empecé a trabajar por la candidatura del Flaco y por la alcaldía de Punta del Este (discúlpame, no voy a trabajar por la de Aiguá).
Tenía alguna expectativa con que me nombraran candidato a Alcalde de Punta del Este, que suena como Alcalde de Niza, de Biarritz, de Marsella o de Montecarlo.
Alcalde de New York.
¿Habrá alguien de San Carlos leyendo esto?
Espero que no.
¡No podés comparar ser Alcalde de San Carlos con ser Alcalde de Punta del Este!
Espero que no esté leyendo el Goyo.
Lo que pasa es que el sueldo acá son como 60 mil dólares, más los viáticos, los diarios gratis, una amarra al borneo en enero y como si fuera poco te dejan ganar la San Fernando y a tu hermana la nombran Miss Punta del Este.
En San Carlos a lo sumo te dejarán tocar el tambor en la Carolina y entrar gratis a ver el Penao contra San Carlos.
Llego a ser Alcalde de Punta del Este a Florida no vuelvo nunca más.
Ni en San Cono.
Bueno… alcalde de San Cono tampoco está tan mal.
Y cuando estaba en eso, preparándome, me avisaron que el alcalde va a ser Horacio Díaz.
Otra vez el acomodo alfabético.
Díaz está antes que Durán.
Estoy jodido.
Pensar que cuando iba al liceo Durán estaba adelante de todo.
Cada vez que había que dar la lección o cobraban la APAL empezaban por Abelenda y seguían por mí, nunca pasé del número 6.
Tendré que rodearme con gente con z o con w.
A propósito… ¡Durán está antes que Wirz!
Obispo… ¿ya tendrán?
Voy a averiguar.
Si llegan a tener obispo no tendré más remedio que ser intendente.
Suplente.
Pero intendente.
Del Frente.
Se siente.
Suplente.
Del intendente.
¡Dementes!
Marciano Durán- Mayo 2010-
Fuente: http://www.marcianoduran.com.uy
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