29 de enero de 2010

MISION GT - LA BARRA 2010

Misión GT La Barra 2010 (por Juan)

El domingo 24 de enero no arrancó para mí con buenos auspicios. Si bien estaba preparado para arrancar temprano desde La Tuna, donde estaba veraneando, la batería de mi Celta me jugó una mala pasada y tuve que pedirle al queridísimo José (hoy “rival directo”, digamos, pero amigo del alma) que viniera a socorrerme. Por esta razón, como siempre llegamos a última hora, y para peor sin haber podido parar a comprar gatorade para llenar la caramañola.

La carrera comenzó a las 11hs, aproximadamente, con cerca de 30ºC. Largamos corriendo a pie, con el remo en la mano, hasta la salida de los kayaks (700mts). El tramo de kayaks (3k) transcurrió sin grandes dificultades, pese a que desde la adolescencia, según me lo confesó telefónicamente el día anterior, Alejandro Loaces (mi nuevo compañero de equipo) no tomaba un remo. Con todo respeto, Ale, si no me equivoco han pasado algunos años desde tu adolescencia... ¡Ja, ja! Lo único incómodo fue un pequeñísimo desvío que tuvimos justo al pasar por un muelle: nos fuimos contra las líneas de pesca, con los imaginados insultos por parte de los pescadores, que demostraron una capacidad de síntesis digna de mejor análisis: con una sola palabra nos describían casi a la perfección. “¡Tarados!”, nos gritaban a diestra y siniestra. ¡Qué incomprensión, caramba! ¡Ja, ja!

Culminamos a mitad de tabla, pero en la corrida hasta la salida del MTB (2,8k), nuevamente con el remo en la mano, pasamos a unas cuantas parejas.

En el tramo de MTB (20k) fue, a mi juicio, donde mejor anduvimos, con dos vueltas de 33’00 exactamente, lo que determina una regularidad rayana en lo inaudito. Una muestra de que anduvimos bien (y se lo hice notar a Alejandro cuando arrancamos la segunda vuelta) es que ni siquiera nos pasaron José y Javier Morales, que evidentemente se desempeñan bastante mejor que nosotros en la bicicleta, sobre todo en las partes técnicas; alcanzó con la diferencia que les sacamos en el tramo de kayaks, en el que José y Javier tuvieron algunos problemas.

Alejandro, debutante en los TTT (triatlones todo terreno), demostró nuevamente que tiene unas condiciones bárbaras; no fue fácil seguirlo a rueda, ni en las partes técnicas ni en el balasto. Aunque no lo diga, él sabe que es así.

Cabe consignar, a esta altura del relato, que solamente encontramos un puesto de hidratación (el otro estaba en el parque cerrado), y que en la primera vuelta, a la salida de una gran bajada, lo pasamos de largo. Ya al comienzo de la segunda vuelta le dije a Ale que me moría de sed, que me sentía como deshidratado (recuerden que no tenía nada en la caramañola). Por esa razón, al pasar por el puesto de hidratación en la segunda vuelta, entreparamos para quedarnos cada uno con una botellita de agua Salus sin gas. Ahí estuvo el problema, creo yo, porque en el afán de hidratarme rápidamente cometí un error imperdonable teniendo en cuenta mis veintiún años de corredor: me tomé el medio litro casi de un saque, lo que evidentemente me cayó mal.

Al bajarnos de las bicis comenzó la etapa de corrida (algo menos de 9k, auque se había hablado de 7k) y mi odisea personal. Apenas di unos pasos me di cuenta de que me sentía realmente mal, de que iba a sufrir; me moría de sed, pero sentía toda el agua en el estómago, como sin asimilarse. No habíamos corrido dos kilómetros cuando tuve que parar a vomitar. Creí que me moría. No hacía más que pedirle perdón a Ale, a quien le estaba arruinando el debut. Teníamos por delante a dos parejas, una a la vista y otra no, y grandes ilusiones de alcanzarlas, pero esa parada nos restó posibilidades. Luego de unos tres minutos retomamos la marcha; al principio creí que de a poco me iba a recuperar, pero pasados algunos kilómetros volví a sentirme rematadamente mal. Fue ahí que me di cuenta de que ya no íbamos a alcanzar a los de adelante; desde ese momento comencé a preocuparme de que no nos alcanzaran los de atrás, y varias veces le pregunté a Alejandro si nos seguían (tal era mi debilidad que ni siquiera tenía fuerzas para darme vuelta). A todo esto, Alejandro demostraba la entereza del gran atleta que es: a su capacidad natural le agrega una gran dosis de concienzudo entrenamiento, lo que le da como resultado una mejora constante.

Finalmente atravesamos la meta sin que nadie nos pasara; por lo menos, mantuvimos la posición. De cualquier forma fue una lástima, porque podríamos haber andado mejor. Por precaución y algunos manijazos (creo que de Valeria y María Antonia) me fui a la ambulancia para que me chequearan. Me tomaron la presión y me hicieron un análisis de glucosa en sangre. Todo dio normal. Se trataba solamente de un principio de deshidratación. ¡Qué casualidad! La médica que me atendió fue la misma que me atendió cuando me fisuré la costilla en el Cerro del Toro, en la Misión GT de Piriápolis 2008. Por supuesto, le dije que no trabajara más en las carreras: “¡Me traés mala suerte, doctora!”.

Así pasó, entonces, una nueva etapa de Misión GT. El 21 de febrero es la próxima, probablemente en Piriápolis. Habrá que entrenar con todo.

Quiero agradecer especialmente a todos los que se preocuparon por mi salud y decirles que se queden tranquilos, que yerba mala no muere. Abrazo a todos.

RESULTADOS PAREJAS MASTER

1º) Marcapasos (Casal-Durán)

2º) Veterinaria Arambillete (Arambillete-Martínez)

3º) Chasquis Uruguay 1 (Carissimi-Loaces) (4os. GENERAL PAREJAS)

4º) Cualquier Cosa (Sabagno-Faccio)

5º) Chasquirut 60 (Medina-Morales)

Reporte de Juan