El ya legendario velocista jamaicano Usain Bolt revalidó su título olímpico
de los 100 metros, este domingo en los Juegos de Londres-2012, con un crono de
9.63 SE CONVIERTE EN BICAMPEÓN OLÍMPICO , mientras que su compatriota Yohan Blake (9.75) se llevó la plata y el
estadounidense Justin Gatlin el bronce (9.79), Justin Gatlin fue tercero y Asafa Powell, último, fracasó en su intento.
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Biografia de Usain
Bolt:
(Trelawny, Jamaica, 1986) Atleta jamaicano, especialista en
pruebas de velocidad. Es sin duda una de las estrellas que más brillaron en los
Juegos Olímpicos de Pekín de 2008. Su extraordinaria velocidad y la aparente
facilidad con que consiguió tres medallas de oro y tres récords mundiales
impresionaron al mundo entero y lo consagraron como el velocista más completo de
la historia.
Usain Bolt nació en el seno de una familia pudiente si se compara
con la pobreza que asola a la isla caribeña. De niño, su crecimiento fue
espectacular, lo que, unido a una alimentación desequilibrada, le provocó una
escoliosis (desviación de la columna); pero, aun así, corría como un galgo. No
empezaron a tratarle la anomalía hasta que, a los quince años, se convirtió en
el campeón júnior del mundo más joven de la historia en 200 metros.
Usain Bolt
En aquella época apenas se entrenaba. Cuando lo hacía, se escapaba
de pronto para jugar al críquet o al baloncesto. Asafa Powell, consciente de las
cualidades de aquel adolescente, lo convenció para que se entrenase y no
malgastase sus fuerzas de fiesta en fiesta y en otros deportes. Lo suyo era
correr lo más rápido posible. Su ídolo, aparte de Powell, era una leyenda
jamaicana, Don Quarrie, porque era un experto en la curva de los 200 metros.
También lo era Michael Johnson, pero éste era estadounidense y ostentaba un
récord que parecía inaccesible.
Como todos los niños de la isla caribeña, en la escuela primaria
ya se dedicaba a correr, el deporte que más gusta a los jamaicanos, hasta el
punto de que una simple competición escolar congrega a más de veinte mil
espectadores. Los jamaicanos entrenan sobre hierba y descalzos, practicando la
velocidad. Se han buscado razones genéticas para explicar por qué Jamaica es "la
isla de los esprínters". Un estudio de la Universidad de las Indias
Occidentales, publicado en abril de 2008, apunta a la genética: la población
presenta inusuales cantidades de actinen A, una sustancia que contrae las fibras
musculares de contracción rápida. Otros hablan de tradición, porque la población
desciende de esclavos de África occidental, con un pie muy ancho adaptado para
cruzar la sabana. Sólo los más fuertes sobrevivían al viaje, cuya primera parada
era Jamaica.
Alto (1,96) y fibroso (86 kg), su constitución no se correspondía
con la musculatura de los últimos grandes velocistas. Por eso su entrenador,
Glen Mills, hizo lo posible por alejarlo del hectómetro y centrarlo en los 200
metros: siendo tan alto, su salida de los tacos era lenta. Pero Bolt,
afortunadamente para el atletismo, no le hizo caso. En mayo de 2008, antes de
los Juegos Olímpicos de Pekín, ya había rebajado el récord de los 100 metros,
que ostentaba desde 2007 su compatriota Asafa Powell, con 9,74 segundos. Bolt,
cuya especialidad son los 200 metros, lo dejó en 9,72 segundos. Powell le
advirtió que en la capital china sería diferente, pero se equivocó.
En los Juegos Olímpicos de Pekín, en efecto, consiguió tres
medallas de oro y otras tantas plusmarcas mundiales en las tres pruebas en las
que participó (100 m, 200 m y 4 x 100 m), convirtiéndose en el hombre más rápido
de la historia. En los 100 metros lisos, a pesar de su mala salida, superó con
pasmosa facilidad a sus adversarios en el meridiano de la carrera. Aunque frenó
antes de cruzar la línea de meta celebrando su triunfo, hizo un tiempo
increíble: 9,69 segundos. Dejó claro, además, que cuando se le antoje rebajará
esa marca, calificada de sideral por los medios. Era la primera vez que la
bandera de Jamaica ondeaba en lo más alto en la prueba de los 100 metros, porque
todos los otros campeones nacidos en la isla compitieron bajo otras banderas;
fue el caso de Donovan Bailey, del denostado Ben Johnson y de Linford
Christie.
Pero lo más increíble estaba por llegar: batió el récord que
ostentaba Michael Johnson desde Atlanta
'96. Johnson había hecho en los 200 metros una marca de 19,32 segundos, que los
expertos consideraron avanzada en un siglo. Antes de la carrera, Bolt engañó a
todo el mundo: "No voy a ir a por el récord. Sólo quiero ganar el oro". Hizo una
salida impropia de un hombre tan alto y corrió como una exhalación con su gran y
continua zancada hasta la meta. El estadio enloqueció cuando la foto-finish
marcó 19,30 segundos. Había corrido a casi 40 km/h, y sus inmediatos seguidores,
Shawn Crawford (el campeón olímpico destronado) y Walter Dix, quedaron a más de
60 centésimas.
Con esos dos oros en velocidad pura, Usain Bolt igualaba a Jesse Owens (1936 y 1940) y a Carl Lewis (Los Ángeles '84). Era además el único que
ostentaba los dos récords de 100 y 200 metros y el primero en conseguir ese
doblete olímpico con sendas plusmarcas desde que en 1960 se instaurara el
cronometraje electrónico. Para hacerse una idea de su hazaña, cabe recordar que
el anterior récord superado por Johnson en 1996 estaba en poder del italiano
Pietro Mennea desde 1979, y que el crono de Mennea (19,72 segundos) había
permanecido inalterado durante 17 años.
Para emular a Owens y a Lewis en unos Juegos le faltaba el oro en
los relevos 4 x 100 m. La victoria estaba cantada. Estados Unidos había caído en
semifinales porque sus relevistas se hicieron un lío con el testigo. Pero Bolt y
sobre todo Powell (que nunca había ganado una medalla de oro olímpica) querían
más: el récord, que ostentaba Estados Unidos desde el Mundial de Stuttgart '93
con 37,40 segundos. Bolt hizo la tercera posta al ritmo de los 100 metros.
Powell, el último relevista, salió como una locomotora. Resultado final: 37,10
segundos, otra plusmarca inesperada que ridiculizaba el crono estadounidense.
Con esta tercera plusmarca, Bolt superaba a Owens y Lewis, que ganaron el oro
pero sin récord.
Bolt junto al crono en los JJOO de Pekín (2008)
Bolt celebró todos sus triunfos dando saltos y golpeándose el
pecho, mirando a la grada y desentendiéndose de sus rivales. El presidente del
Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge,
criticó esta actitud y la calificó de "falta de deportividad". De inmediato le
llovieron las críticas. Su representante, Ricky Simms, replicó: "A un atleta que
acaba de ganar el oro con récord incluido no puede exigírsele que reaccione con
esa deportividad. Bolt no es irrespetuoso, sino un niño grande que ha luchado
mucho por conseguir tamaños éxitos. Lo único que intenta es hacer vibrar a la
gente."
Usain Bolt aseguró que jamás dejaría Jamaica y que no sucumbiría a
los dólares americanos, porque lo consideraría una traición a su país. Tiempo al
tiempo, pues su gran pasión es la NBA, y si residiera en Estados Unidos tendría
la oportunidad de ver in situ a sus ídolos de color. Las marcas conseguidas en
Pekín levantaron sospechas infundadas, sobre todo de los medios estadounidenses,
porque Jamaica había arrebatado a los Estados Unidos la hegemonía en velocidad,
incluso en la categoría femenina. Lo cierto es que Bolt pasó once controles
antidopaje sin problemas. Su progenitor aseguró que el secreto de su hijo (de
quien dijo que era "muy perezoso para entrenar") estaba en el ñame, una planta
que forma parte de su dieta habitual.
De regreso a su país, fue recibido por las máximas autoridades y
por miles de aficionados que lo elevaron al altar de ídolo jamaicano por
excelencia. En una encuesta entre la población, Bolt superaba ya con creces al
que había sido el mayor referente de esa isla de apenas 2,7 millones de
habitantes, el cantante Bob Marley. Su entrenador y los periodistas le pidieron
que probara suerte en los 400 metros. Bolt respondió con ironía: "Es una prueba
demasiado dura". No sería extraño que en otra cita mundial fuera a por el cuarto
oro y el récord de los 400 metros en una misma competición. Como referencia,
sólo hay que recordar que a los dieciséis años, sin apenas entrenamiento, corrió
una sola vez esos 400 metros en un tiempo de 45,35 segundos, no muy lejos del
récord que en 2008 aún ostentaba Michael Johnson: 43,19 segundos.
Fuente: Ovacion Digital y http://www.biografiasyvidas.com
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