Londres 2012 regaló imágenes que trascendieron al deporte
"El legado de los Juegos de la XXX Olimpiada aparecerá claramente bajo
múltiples formas", declaró el presidente del Comité Olímpico Internacional,
Jacques Rogge el día de clausura de Londres 2012. Sus palabras, cargadas con la
formalidad de la despedida de un evento tan importante como los Juegos
Olímpicos, no faltaron a la verdad.
Londres 2012 será recordado como los Juegos de Usain Bolt, cuya consagración definitiva asegura su lugar como leyenda olímpica, pero sin ponerle un techo a su talento, que llegará a Río 2016 en vigencia, con 29 años.
También serán recordados como los JJOO de Michael Phelps, el más laureado de todos los atletas que ha disputado las olimpíadas. El nadador anunció su retiro, pero dejó el listón, con 22 medallas, increíblemente alto.
Por ellos es que Londres tiene algo de Beijing, como si de una continuación se tratase, pero esta idea, si bien es correcta, desmerece a un evento que tiene argumentos para sostenerse sin ayuda de nadie.
Los fracasos de Yelena Isinbayeva y Roger Federer, quienes no pudieron lograr el oro, o los de Kenenisa Bekele y la selección de fútbol de Brasil -por no decir Uruguay y España- serán otros recuerdos que perdurarán.
Sin embargo, la fiesta fue más allá de lo que ocurrió en el estadio Olímpico, el North Greenwich Arena u otros de los escenarios dispuestos para la competencia deportiva.
La capital inglesa latió con un pulso único, irrepetible, asumiendo su rol de anfitrión no como una obligación sino como un motivo de orgullo y celebración. Solamente hubo que observar la maratón masculina, el clásico evento del último día de competencia, para entender cuánto significó para Londres, para su gente, recibir estos Juegos Olímpicos.
"Vuestras aclamaciones entusiastas multiplicaron por diez la energía de los participantes y generaron un ambiente de fiesta en cada sede olímpica", dijo Rogge. No se equivocó.
Uniformes: Los músicos de la Guardia Real de Inglaterra también engalanaron los Juegos Olímpicos deleitando al público con su música en las calles de Londres.
Abajo: El alemán Robert Harting, que ganó el oro en lanzamiento de disco, salió a festejar en la pista del Estadio Olímpico saltando las vallas puestas para la prueba siguiente.
Londres 2012 será recordado como los Juegos de Usain Bolt, cuya consagración definitiva asegura su lugar como leyenda olímpica, pero sin ponerle un techo a su talento, que llegará a Río 2016 en vigencia, con 29 años.
También serán recordados como los JJOO de Michael Phelps, el más laureado de todos los atletas que ha disputado las olimpíadas. El nadador anunció su retiro, pero dejó el listón, con 22 medallas, increíblemente alto.
Por ellos es que Londres tiene algo de Beijing, como si de una continuación se tratase, pero esta idea, si bien es correcta, desmerece a un evento que tiene argumentos para sostenerse sin ayuda de nadie.
Los fracasos de Yelena Isinbayeva y Roger Federer, quienes no pudieron lograr el oro, o los de Kenenisa Bekele y la selección de fútbol de Brasil -por no decir Uruguay y España- serán otros recuerdos que perdurarán.
Sin embargo, la fiesta fue más allá de lo que ocurrió en el estadio Olímpico, el North Greenwich Arena u otros de los escenarios dispuestos para la competencia deportiva.
La capital inglesa latió con un pulso único, irrepetible, asumiendo su rol de anfitrión no como una obligación sino como un motivo de orgullo y celebración. Solamente hubo que observar la maratón masculina, el clásico evento del último día de competencia, para entender cuánto significó para Londres, para su gente, recibir estos Juegos Olímpicos.
"Vuestras aclamaciones entusiastas multiplicaron por diez la energía de los participantes y generaron un ambiente de fiesta en cada sede olímpica", dijo Rogge. No se equivocó.
MÚSICA Y DEPORTES
Típico: La marcha, una de las pruebas más pintorescas de los Juegos Olímpicos tuvo su pasaje por el Palacio de Buckingham con un colorido impresionante en el circuito que recorrió 50 kilómetros de la prueba.Uniformes: Los músicos de la Guardia Real de Inglaterra también engalanaron los Juegos Olímpicos deleitando al público con su música en las calles de Londres.
GOLPES Y DESILUSIONES
Argentinos. Juan Martín del Potro vivió con mucha intensidad cada punto del partido más largo de la historia olímpica que perdió ante Federer; luego tuvo su retribución al ganar el bronce contra Djokovic. En tanto, "Manu" Ginobili dejó todo por Argentina pero los albicelestes se fueron con la manos vacías.TRISTEZAS Y ALEGRÍAS
Arriba: El espíritu olímpico en su máxima expresión tras culminar una de las pruebas de atletismo en Londres. Una atleta le intenta dar consuelo a otra competidora.Abajo: El alemán Robert Harting, que ganó el oro en lanzamiento de disco, salió a festejar en la pista del Estadio Olímpico saltando las vallas puestas para la prueba siguiente.
Fuente: Ovación
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