29 de agosto de 2012

La gente y los ciclistas se alinean detrás de la leyenda

Lance Armstrong ha recibido apoyo de todos los sectores

LUIS CABRERA
Lance Armstrong ya no es el múltiple campeón del Tour de Francia, pero su leyenda vive.
El ciclista estadounidense fue suspendido de por vida y despojado de sus siete títulos del Tour tras negarse a participar de un arbitraje para probar su inocencia ante los acusaciones que la Usada (la Agencia Estadounidense Antidopaje) levantó contra él.
La sanción dejó al atleta tejano sin el récord de títulos en Francia ni todas las otras preseas que acumuló en sus casi veinte años de carrera profesional, pero no ha derrumbado su leyenda, construida, en gran medida, por el esfuerzo de Armstrong para superar el cáncer testicular y continuar compitiendo entre la elite.
Los aficionados, que respaldaron al ciclista en Twitter apenas se conoció la sanción, han canalizado su apoyo a través de la Fundación Lance Armstrong para la lucha contra el cáncer, que solamente el viernes recibió 400 donaciones por un total de unos 75.000 dólares. En total, la fundación ha recaudado, desde 1997, 500 millones de dólares.
El ejemplo de los fanáticos lo han seguido colegas y hasta empresas, como la multinacional Nike, que mantendrá su contrato con Armstrong pese al escándalo.
La empresa cervecera Anheuser-Busch, el fabricante de lentes de sol Oakley y Johnson Health Tech anunciaron que también seguirán apoyando al estadounidense.
El español Miguel Indurain, quien ahora pasó a ser otra vez uno de los cuatro ciclistas que más veces han ganado el Tour de Francia (5), sostiene que Armstrong debería mantener sus siete títulos mientras no se comprueben las denuncias de que usó estimulantes prohibidos por medio de una autoridad reconocida por todo el mundo deportivo.
"Hasta que una organización reconocida por todos decida lo contrario, las victorias del Tour son suyas``, opinó.
El español, que ganó cinco Tours consecutivos de 1991 a 1995, calificó de "extraño" el caso de la Usada por considerar que su persecución de Armstrong fue "inescrupulosa", por lo que no le sorprendió que no los confrontara.

Armstrong no se baja de la "bici"

ASPEN | AP
Lance Armstrong dice que está ahora más en paz consigo mismo que en toda una década.
"Nadie tiene que tenerme lástima. Voy a estar muy bien", declaró el ciclista.
De todos modos fue un atentado a su ego que un muchacho de 16 años, Keegan Swirbul, le ganara ayer en la carrera Power of Four de bicimontaña. Armstrong terminó segundo, casi cinco minutos detrás.
Poco después de trasponer la meta, Armstrong dialogó unos pocos minutos hasta que dijo: "Bien, me voy a comer una hamburguesa con queso".
De lo que no estaba seguro era de correr hoy un maratón senderista, otro de sus planes.
Su incursión en las montañas que circundan Aspen, en Colorado, tuvo lugar un día después que la Usada lo declaró culpable de dopaje.
Solo un puñado de aficionados presenció la largada de la competencia de bicimontaña Power of Four, un tramo de 57 kilómetros (36 millas) con muchas subidas.
Cuando se le preguntó si estaba listo, Armstrong, quien está próximo a cumplir 41 años, sonrió y respondió: "Espero que sí... Esto va a ser difícil para todos nosotros".

Federico Moreira "Esto pone en tela de juicio todos los controles usados"

"Creo que una decisión tan fuerte como la que se ha tomado crea un antecedente que haría rever todos los tipos de controles antidopaje que se utilizan", opinó Federico Moreira, exciclista y presidente de la Federación Ciclista Uruguaya. "Acá no se trata solamente de la imagen del ciclismo, esto pone en tela de juicio todos los controles a nivel mundial".

Alberto Contador "Tenía la cabeza muy bien puesta y un carácter fuerte"

"Es un corredor con un carácter muy fuerte", declaró Alberto Contador sobre el estadounidense, su excompañero de equipo en Astana y rival por la corona francesa. El español prefirió no opinar sobre la sanción, pero si dijo que Armstrong "tenía la cabeza muy bien puesta y un carácter muy fuerte que le ha llevado a afrontar su enfermedad con entereza".
 
 
FUENTE: Ovación

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