El extranjero que llegó con su familia. El debutante vertiginoso, que con entusiasmo hacía el calentamiento previo. El atleta que acumulaba alguna experiencia en competencias largas. Y, claro, el profesional que buscaba su lugar en el podio. Allí estaban todos, bajo una llovizna que tiñó de gris la primavera porteña, pero que muy lejos estuvo de arruinar lo que fue una gran fiesta para el atletismo: más de 8000 corredores cruzaron ida y vuelta la Capital entre Belgrano y La Boca en la Maratón 42 k Claro de la ciudad de Buenos Aires. Fue una convocatoria récord para esta competencia, que casi duplicó la cantidad de participantes de la carrera de San Pablo.
Así, desafiando el agua, una marea multicolor emprendió ayer muy temprano a la mañana, desde Figueroa Alcorta y Monroe, una carrera contra el tiempo y el estado físico para desafiar un trazado porteño que hiló los barrios de Belgrano, Palermo, Recoleta, Retiro, San Nicolás, San Telmo, La Boca y Puerto Madero.Centenares de vecinos, turistas y curiosos se treparon a las vallas que delimitaban la pista callejera para alentar a los competidores. Todos quedaron asombrados por el tranco sorprendente del keniata Eric Luusa Nzioki, ganador de la competencia entre los hombres, con un tiempo de 2 horas, 12 minutos y 5 segundos. Su compatriota Lucy Karimi triunfó entre las mujeres, con un tiempo de 2 horas, 41 minutos y 38 segundos. El mejor argentino fue Mariano Mastromarino; llegó séptimo, con 2 horas, 20 minutos y 51 segundos.
Además de los 8135 inscriptos -superó la maratón de Buenos Aires con más participantes, la de 2011, cuando se anotaron 7225 corredores-, otros aficionados se sumaron a última hora y participaron de la competencia para intentar batir sus propias marcas. La gran mayoría logró cumplir todo el tramo a través del maravilloso paisaje urbano porteño: el lago y los bosques de Palermo, la lujosa calle Alvear, el corazón financiero del microcentro, la Casa Rosada, el Cabildo y la Catedral, el Obelisco, el mítico barrio de San Telmo y los estadios de Boca y River, entre otros puntos atractivos.
Sebastián Auletta es un contador público de 41 años que vive en Caballito. Para él, que es un atleta aficionado que corrió la maratón por primera vez, la competencia fue más dura de lo que pensaba.
"Prepararte para los 42 kilómetros es una cosa y correrlos es otra. Para colmo llovió y hacía frío, y tal vez no estaba preparado para este contratiempo. Pero por suerte pude seguir el ritmo pensado y llegué en 3 horas y 55 minutos", contó Auletta, que comenzó a entrenarse para correr cuando su hijo comenzó a practicar fútbol y él buscó una actividad para hacer mientras lo esperaba. "Llegar a la meta fue una emoción muy grande, porque el recorrido es fantástico y la competencia, muy dura. La organización estuvo bien, aunque ni reparé en ello, me concentré en llegar y en hacer un buen tiempo", agregó.
Un éxito sostenido
En Buenos Aires, la pasión por el running crece sin parar: en 2007 hubo 37 competencias en la ciudad, que convocaron a unos 70.000 corredores en total; este año cerrará con más de cien carreras y serán más de 400.000 los participantes."En esta ocasión hubo corredores de 30 países, por lo que se calcula que fueron muchísimos los extranjeros que participaron. Más allá de la importancia que esta competencia tiene en lo deportivo, está planteada como un evento significativo para el turismo, al igual que los torneos de polo y de tenis. Una gran cantidad de extranjeros se acercan por esta competencia y esto se potencia cada vez más", dijo a LA NACION Francisco Irarrázabal, subsecretario de Deportes de la ciudad, que además de encabezar el equipo organizador participó de la competencia.
La multitud de corredores aprovechó los habituales puestos de hidratación -todos tenían ambulancias y médicos- y a los corredores que llegaban y debían recuperar el aire bajo la llovizna se les entregó una capa de polietileno.
"Es la segunda vez que corro esta maratón y la verdad es que estuvo muy bien, cada vez mejor. Si la comparamos con otras como la de Nueva York, el circuito es sumamente atractivo para los que aman una ciudad como Buenos Aires. Advierto que cada vez más gente se engancha con el running y el entrenamiento. Y muchos buscan superarse y bajar los tiempos", dijo Miguel Maggiolo, un comerciante de 43 años que vive en Tigre y entrena desde hace más de cinco años. "Logré bajar unos 10 minutos mi anterior marca. Por la lluvia y el clima, no está nada mal. Igual tengo que mejorar mucho más", sostuvo.
Natalia Nigro, de 35 años, es una empleada en recursos humanos que entrena seis veces por semana. Y ayer corrió por cuarta vez la maratón de Buenos Aires. "Para mí fue una muy buena experiencia; el año pasado no la pude hacer por una lesión y tenía muchas expectativas de hacerla. Así que fue una linda revancha: logré bajar el tiempo en poco más de cuatro minutos. Me sentí muy cómoda y el clima estuvo bien. A algunos la lluvia los afectó un poco, pero fue una garúa que de a ratos me refrescó un poco. Físicamente llegué entera hasta el kilómetro 25 y luego sentí el cansancio", contó Nigro, que hizo un tiempo de tres horas y 6 minutos.
Aunque el clima no ayudó, Buenos Aires igual vibró al ritmo de su maratón anual. Acaso como para resignificar el vértigo cotidiano en el que viven sus habitantes, que cuando se les pregunta casualmente cómo andan siempre responden: "Acá ando... ¡corriendo!".
Los principales resultados de la competencia
- Categoría hombres:
1°) Eric Luusa Nzioki (Kenya, 2h/12 m/5 seg); 2°) Patrick Wachira Muriuki (Kenya, 2h/13m/12seg), y 3°) Robert Matu Mwangi (Kenya, 2h/14m/43 seg). El mejor argentino fue Mariano Mastromarino, séptimo (2h/20m/51 seg).
- Categoría mujeres:
1°) Lucy Karimi (Kenya, 2h/41m/38 seg.); 2°) Frasiah Nyambura Withaka (Kenya, 2h/41m/42 seg.), y 3°) Andrea Graciano (Argentina, 2h/49m/22 seg.).
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