Cómo no volarse con el viento o cómo los Chasquis volvieron a los entrenamientos conjuntos...

Fernando, primero en presentarse en la ventosa tarde en el oceanográfico, nos esperaba parado al lado del auto y luciendo unas chancletas (¿serían de running?, me pregunté).
Momentos después aparecieron José, Magdalena e Ingrid.
Con 8 o 9 km encima y bien transpirado venía Alejandro. Otro que llegó en iguales condiciones de humedad fue Gonzalo creo que con 6 km encima. Ambos contrastaban con el resto de nosotros, recién bajados de los vehículos y fresquitos como lechugas.
Tras varias conjeturas de dónde estaría Rafa. José lo había visto pasar en bicicleta minutos antes (¿lo habría volado el viento?), allá apareció acompañando a Juan. Renzo también en bicicleta, cerraba el terceto.
Luego de saludos varios y una foto, nos despedimos de Fernando que había ido a hacer un dignísimo acto de presencia. Ahí confirmé que las chancletas de running aún no se han inventado.
Cuatro km de ida con el viento en contra, con partes de arena muy blanda y mar crecido nos hicieron ir a un tranco arriba de 6 min por km.
En el trayecto, los comentarios de siempre, proyectos y recuerdos. Para mí era la segunda vez que hacía ese circuito playero. La primera había sido dos años atrás con casi las mismos de ahora (faltaban Javi y Raúl, si mal no recuerdo).
La vuelta, con viento a favor alrededor de 4.30 el km, redondeó 8 km de entrenamiento conjunto.
Ale y Gonzalo se despidieron y siguieron corriendo. José fue a buscar a las damas que aún no habían llegado. A Rafa no lo ví (creo que efectivamente el viento se lo llevó de la misma forma que lo trajo) Y fin de la jornada.
Creo que los objetivos quedaron cumplidos: algunos tomando esto como un complemento del entrenamiento diario, otros como un entrenamiento en concreto, otros quizás para la recreación, pero todos cumpliendo con el compromiso asumido.
Nos vemos el miércoles que viene.


Enrique Nicoletti